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A la fotografia l’Oriol Traamvia en trip a Carme 1972, cortesia de Joan Soteras (drets de còpia)

Aquí podeu descarregar o guardar l’entrevista a l’Oriol Tramvia en format pdf
Les fotos del pdf son de Fábregas, Casals i Colita

L’entrevista amb l’Oriol és del Vibraciones número 26, del novembre del 76.
Cortesia de Josep Maria Ripoll. El mostre agraïment a l’Oriol Tramvia i al Rafael Moll

ORIOL TRAMVIA, BESTIA! Por RAFAEL MOLL

A partir de este número, Rafael Moll pasa a ser colaborador habitual de Vibraciones. Nos parece conveniente su presentación por cuanto en él convergen varias facetas -productor discográfico, músico, responsable artístico de Zeleste, que indudablemente van a reflejarse de algún modo en su quehacer periodístico. Sus entrevistas están hechas desde el interior mismo del cosmos musical y, tras ellas, hay el hombre que vive, sufre, conoce este cosmos (¿o es caos?) día a día, hora a hora… La visión que puede ofrecer Rafael Moll no es sólo la panorámica a vista de pájaro del crítico musical, sino la crónica lúdica o sangrante de sujeto del devenir de nuestra música. Frente a quienes comentan los toros desde la barrera, Moll lo hace desde la propia arena. El símil es tópico, fácil y manido; pero, en este caso, cierto.

La felicidad no exista, la vida es temible. En todo caso la felicidad debe de inventársela uno mismo. Yo estoy bien ante el público, siendo cada año un personaje distinto: Romeo, Julieta, Nerón, un clavel, Barbazul… (El Jonhson del Molino).

Tengo tras de mí un mes de frenopático, dos o tres detenciones preventivas, una familia burguesa fracasada, un montón de mujeres, algún intento de suicidio, una escuela progre en la plaza de San Felipe Neri, tres años en un reformatorio de Calella. – El reformatorio era para los hijos de la clase media, pero claro, tanto tío junto implica líos, pajas, ya sabes…
Estoy aquí para ser una estrella del pop, actuar en grandes recintos, dominar a la gente. – ¿Por qué llevo el sombrero? -. Para que se me vea lo menos posible. Salgo al escenario muy acojonado. Por esta razón me coloco el sombrero, las gafas de sol, la bufanda, lo que sea. Antes de actuar estoy siempre muy excitado: hablo, doy órdenes, cuido el vestuario, grito, voy de aquí para allá, no paro. “Hay un tranvía estropeado y una oropéndola que ya no canta/ el batería está desecho, el guitarra con dolor de barriga,/ tía, ¿me pagas el metro?/.”

PERDERSE
Hagas lo que hagas, lo divertido es perderse. El Canet de este año me fue muy bien, tuve éxito, pero lo malo del asunto es que este año ya había previsto la reacción del público. La canción del campo de concentración era una cosa totalmente preparada. Fue más interesante el Canet del año anterior, en donde yo iba totalmente vendido. Había actuado después de largarles la paliza durante un mes a los organizadores, los arquitectos y La Trinca. Cuando llegó la hora de actuar no controlábamos nada, veíamos montones de cabezas subiendo y bajando. Un momento antes de comenzar, el bajo me dijo: -Oriol, no puedo levantarme de la silla, es que si me levanto veo la cosa a demasiada altura. Y salió a actuar caminando a cuatro patas. Esto es bestia.

RAMBLAS
Has de jugar con tus propias cartas.
De pequeño, cuando me preguntaban qué quería ser contestaba: -Inventor.

Me cansé de las Ramblas, de estar tirado en el Zurich. Tuve que escoger: trabajar en un banco o inventarme algo. Decidí ser cantante. Casi no sé tocar la guitarra, pero funciono como los caballos: con una brida, me propongo acciones muy concretas y no paro hasta conseguirlas. Fui a ver gente, a comunicarles que era músico, pero no te esperan, y tienes que gritar: – ¡Eh, que estoy aquí! – Hasta que se dan cuenta y te catalogan como un cantante.
Creo en una guerrilla efectiva, y el underground – las Ramblas- puede ser interesante, bonito, pero no es efectivo. Que a un señor que está tocando en la calle se lo lleve la policía no le interesa a nadie, pero que a Pau Riba le pongan una multa de doscientas mil pesetas – siendo una gran putada- en efectivo, los periódicos lo comentan. La gente como nosotros somos unos infiltrados dentro del sistema, una guerrilla. Es inevitable que seamos manipulados, pero no diluidos.
Creo en la violencia. Lo ideal sería que la gente quemara árboles al salir de mis recitales ¿Por qué? Hombre, porque es una putada llegar a 25 años y no tener claros conceptos esenciales como pueden ser la verdad, la justicia. Estas cosas casi nadie las tiene claras cuando deberían estarlo. Es una putada trabajar ocho horas diarias, y cuando llega el domingo acabar de agotarte en una discoteca, bailando una mierda de música, sin haber tenido otra opción. Entonces sólo nos queda la pataleta: la violencia. Salir, dar el golpe y esconderse. Con cuidado. Respeto a Xirinachs pero no comparto su postura. Creo que él es un Ghandi. Pienso que los dos estamos manipulados por el sistema, pero yo juego otras cartas. No se puede ir con la piedra por la calle, te arriesgas a que llegue un tío con una bala de goma y te la pegue. Debes de salir en el momento oportuno.
El otro día actuando en Sarriá, la gente me pedía que dijera cosas contra el concejal del distrito, un tío super-reaccionario, que sólo había puesto dificultades a la celebración e la Fiesta Mayor Popular.
En un momento dado, cogí el micro y empecé a gritar el nombre del tío: – Cañellas…¡Cañellas…! ¡Cañellas…! -. Tenía miedo y no sabía qué hacer, hasta que se me ocurrió largarle un: – Esta va para ti -. Y canté el Popotitos. Y la gente lo ligó.

ARTISTA
No creo ni en la generación espontánea ni en el arte por el arte. Las músicas no salen porque sí: cuando leo que Girón tiene más de mil millones en terrenos cojo el papel y escribo: “El tranvía sube y baja, hago la mahonesa y mañana me afeitaré”. Lo importante es tener las vivencias necesarias para inventarte un mundo.
Creo que todo acto creativo es un puente hacia algún lugar. “Se puede ir siempre/ que nunca cierran/ se puede ir negro/ se puede ir blanco/.” Pero no me preguntes cuál es el lugar que no lo sé, no tengo ni idea. Sé que NO SE PUEDE IR hacia la estabilidad, la integración, los días repetidos. Pero no sé nada más.

¿Queréis que me vista de estrella? Pues me desnudo. Es una postura. Utilizar la música – el espectáculo – para algo más que la música en si. Quizá yo la utilice para poder comer caliente. Pero ya es algo muy concreto.

ROCKERO
Sí pero no. De pequeño he vivido en un ambiente bastante culto. Cultura burguesa pero que me permitió descubrir a Espriu de muy joven. Mis hermanos tenían los primeros discos de cançó que se editaron. Recuerdo que asistí a la primera actuación de Raimon. Fue en la Atmetlla, y de entrada me fijé en él porque era el único que salía a actuar sin corbata. A los quince días fui a ver a los Beatles, y a los Sirex. No tenía un grupo fijo de amigos y pululaba entre dos ambientes, fundiendo las dos culturas. Por ello es natural que ahora cante el Popotitos y después Espriu. Ambas cosas son parte importante de mi cultura.

MÉDICOS
Estaba en todas partes y no estaba en ninguna. Hasta el Tranvía no me había mojado el culo por nada. Les tengo manía a los médicos. Después de tres o cuatro electrochocs les he cogido manía a todos. Prefiero catorce meses de mili a un mes en el frenopático. Porque en la mili nunca me comieron el coco, pero en el frenopático los médicos en 24 horas te destrozan y te atan según quieran o convengan. Además es que yo he tenido especial mala leche con la medicina. Al acabar la mili necesitaba pelas con urgencia y encontré trabajo en una casa de seguros médicos. Allí a las embarazadas, unos días antes del parto, les disminuyen la dosis de pastillas para que se encuentren mal; de esta manera la parturienta necesita el pentotal, que es una cosa que no entra en el seguro, y se tiene que pagar. Sí, ya sé que esto es una anécdota, pero esta cosas acumuladas provocan mi recelo hacia los médicos. Sufro cuando sé que alguien está en sus manos. Fui a ver “La naranja mecánica” y he quedado vacunado anti-médicos por dos años más. Tengo que ir al dentista pero prefiero que se me caigan todos los dientes antes de ir a ver a uno de la bata blanca.

ÚTERO
- Esta chica cada día está más buena y un día le haré un pecado. – No lo digas tan claro -contesta la guapa.

Mantengo buenas relaciones familiares. Mis padres están separados. A mi padre lo veo una vez al año, a mi madre con más asiduidad. Soy bastante ediposo. Mi madre es una persona terriblemente dominante. Con una gran cultura. Puedes hablar con ella aunque con nosotros, sus hijos, nunca ha tenido la menor visión de futuro, a mí me rompía las guitarras.
Todos hemos tenido que huir.
Mi vida particular es algo agitada. De un año y medio a esta parte llevo cinco o seis novias y me mosquea mucho. Ahora voy con la hija de un señor que no entiende nada de lo catalán. Supongo que lo que me flipa de las mujeres es lo desconocido, por ejemplo ésta tiene un alto nivel económico, vive de la patilla, y a mi esto me obsesiona, intento ir a más, levantarme hacia no sé dónde. Lo difícil es la continuidad. También puedo decirte que tengo el piso hecho una mierda, que nunca llevo la ropa a la lavandería, que debo dos meses de alquiler y que quizá me echarán.

IMAGEN
Paso una buena temporada. El problema más grande es de imagen. Pero prefiero esto a buscar trabajo y no encontrarlo. He comido muchos cocos pero estoy consiguiendo todo lo que me he propuesto. Ahora me tomo las cosas con más pachorra. Todo está bien.
Me gustaría actuar con Raimon, hablar con él largo y tendido. Me merece un gran respeto. Nunca he atacado a los de la cançó, no solamente por estrategia, sino porque es una gente que me merece un gran respeto. Llevan doce años ahí, y es mucho. Pienso que son lentos, que nunca arriesgan, que antes de hacer una cosa se lo piensan mucho y siempre llegan tarde. Pero da igual, sus razones tendrán.

IDEOLOGÍA
Quizás ellos tienen un exceso de algo que entre nosotros – exceptuando a Sisa, Pau, los Dharma y algún otro – falta: ideología. Ideología de la que sea, pero es que la música debe decir algo; debes ser consciente de tu propio toque, poner la piel de gallina. No admito la clasificación rockeros-políticos. Podemos catalogarnos por ideologías, y si entre nosotros hubiera más información habría más de una sorpresa. Y que conste que no me siento en absoluto cantante de cançó, pero es que entre los músicos de aquí a veces me siento marciano. Hay muy poca gente que sepa lo que dice el periódico. Y yo creo que es importante saber si va a estallar la tercera guerra mundial, o si Iniesta era jefe de la guardia civil. Son cosas que van a influir en la música que hagamos. No se puede inventar de la nada, ni tocar de espaldas al público. Todo está ahí y debemos tenerlo en cuenta. Después que cada uno arriesgue lo que quiera.

NOTAS
Lo mejor que he hecho artísticamente ha sido trabajando en grupo. Fue con el Murillo, la Perucho y los tres teatreros. Al final era inviable por falta de apoyo y dinero. Después de aquello el Murillo no ha levantado la cabeza. “Con la silla hecha a medida, y cara asustada/ dentro de la fiambrera un cristal. No podré despistarme”. Me apoyo en un grupo de personas diversas, que me aconsejan de vez en cuando. Acostumbran a ser gente fría, que llevan una vida ordenada, totalmente diferente a la mía. No soy tan fuerte como Pau ni tan dúctil como Sisa. “¿El tranvía?, quién sabe donde está”. Escucho a los Platters, Rolling Stones y Emili Vendrell. “Quizás está aparcado en un triste subterráneo/ bajo la ciudad”. Creo en los Dharma y la Platería.

FIN
La brida puesta:
Veo un disco, unas vacaciones. Con lo que gane del disco me compraré un piano, o quizás un saxo. Creo que te pasas el día pegando saltos, así cuando el globo pasa lo puedes coger. Esto es lo que me pasó con el Roc, sin esperarlo notas que te mueves.