viernes, marzo 28, 2025

¿De qué hablamos cuando hablamos de contracultura?

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por Martí Sans

Parece ser que el reloj de la historia marca la hora de recuperar la contracultura, la cultura hippy o como queramos llamar a aquel fenómeno que tuvo su inicio en los Estados unidos a finales de los años 60.

Esta recuperación es más o menos atinada, honesta o está más o menos tergiversada dependiendo lógicamente de cada autor y por supuesto de cada país y del impacto que tuvo entre sus gentes.

En Estados Unidos, la recuperación podría decirse que se inició en el mismo momento en que el fenómeno contracultural comenzó a declinar, al menos como moda pasajera, aunque nunca desapareció del todo ya que siempre hubo una corriente continuadora o heredera de sus presupuestos.

Un ejemplo de esta recuperación es la próxima película de Gus Van Sant, basada en el libro de Tom Wolfe Ponche de ácido lisérgico; un documento de excepción que narra las aventuras del escritor Ken Kesey que, con el dinero ganado con su novela Alguien voló sobre el nido del cuco, fletó un autobús lleno de hippies, conducido por Neal Cassady (el “Dean Moriarty” de En el camino) y recorrió Estados Unidos de costa a costa, organizando fiestas donde se regalaba ácido, se hacía música en directo y se proyectaban imágenes psicodélicas; inaugurando así, una ética i una estética que marcaría la manera de tomar el “trip” para millones de psiconautas de generaciones posteriores.

Pero esta película no es un caso aislado, el mismo Gus Van Sant tiene en su haber la esplendida Drugstore Cowboy (1989), con una memorable intervención de William S. Burroughs como reverendo yonqui, y encontraríamos en la cinematografía norteamericana miles de ejemplos más, desde Alice’s restaurant (1969) de Arthur Penn hasta Hair (1979) de Milos Forman, que también rodó Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), que recuperan esta parte de su historia reciente. Y no se trata sólo de películas, sino de libros, conferencias, artículos de prensa, programas y debates de radio y televisión, que analizan, recrean y discuten asiduamente el fenómeno contracultural.

Por el contrario en Europa y más concretamente en la Europa del sur, la cosa cambia radicalmente, pues aquí se considera que la “revolución” importante de aquellos años gravita en torno a los sucesos del llamado mayo francés, cuya mayoría de presupuestos están hoy patentemente obsoletos (véase el culto a Mao Tse Tung).

De todos modos en el país vecino, el canal ARTE, durante tres meses (de junio a agosto) y como conmemoración de los 40 años del “Verano del amor” ha estado emitiendo cada día, películas, conciertos y documentales sobre música, paraísos hippies, hippies en los países del este y otros muchos temas, amén de debates entrevistas, etc., sobre aquellos años.

Aquí, me refiero claro esta a Cataluña, la historia local sobre el movimiento hippy brilla por su ausencia; nos encontramos en un páramo cultural, un desierto inhóspito de desmemoria.

Excepto algunos libros sueltos como los de los comiqueros Nazario y Onliyú que sólo tocan el tema parcialmente, nadie ha hecho un esfuerzo serio por recuperar “el Rollo” que es como se denominó la contracultura local, un movimiento que afectó a miles de jóvenes y cuyo centro neurálgico fue la ingestión (de ahí el tabú informativo) de drogas.

Se ha hablado, eso sí, hasta la saciedad y yo diría incluso hasta el vómito, si me permiten un arranque tan antihigiénico, de la Gauche Divine, fenómeno espurio e imperecedero donde los haya.

Nuestra sacrosanta TV3 como todo recuerdo y frente al aluvión de contenidos del canal ARTE, ha emitido hasta hoy un solo debate. Fue en junio pasado, en el programa Milenium (canal 33 a altas horas de la noche) donde bajo el título de “Contracultura” un esforzado Ramon Colom lidió con cuatro invitados sin vinculación alguna con el “Rollo” y sin nada que decir al respecto, quizás con la excepción de Ramón de España, que si alguna vez fue del “Rollo” o tenía algo que decir, aquel día no lo dijo.

Llegó al paroxismo la cosa cuando después del debate se emitió un documental, hecho en Cataluña, sobre el grupo musical, pionero del flamenco rock, Smash y su viaje a Barcelona en 1971 para grabar un disco producido por Oriol Regàs. Durante la primera parte del documental los Smash y sus amiguetes hablan de los inicios del “Rollo” andaluz. Las típicas historias, que también cuenta Nazario en su libro, sobre que los yanquis de la base de Torrejón les pasaban discos de Jimi Hendrix y tripis. Hasta aquí muy bien, después, los Smash viajan a Barcelona, y pensé ahora saldrá la “basca” del “Rollo” catalán. Pues no.

Excepto una mínima intervención de Pau Riba explicando que tuvo que alojar en su casa a los Smash y el engorro que esto le supuso, solo se hablaba en la parte catalana de la “Gauche Divine”. Oriol y Rosa Regàs, la fotógrafo Colita y Alain Milhaud, productor musical de Bocaccio, todos ellos miembros conspicuos de la “Gauche Divine”, sostenían que ellos representaron en Barcelona el mismo espíritu que se vivía en Sevilla alrededor de los Smash. ¿Y el “Rollo” catalán, acaso es la “Gauche Divine”?

Acababa de salir a la calle por las mismas fechas del programa el esperado (esperado por quienes queremos ver reflejada esta parte de nuestra historia) libro de Pepe RibasLos 70 a destajo.

En la presentación de este libro en la librería Laie, tiene su génesis el presente artículo.

Acudí al acto con Xavi Vidal, coordinador de Ulises. Durante la presentación, Xavi y yo nos dirigimos varias miradas cómplices; los mismos tópicos, las mismas tergiversaciones de siempre: la identificación de la contracultura como movimiento mas o menos izquierdista, el fracaso (lógicamente) del mismo, la apatía e integración de los jóvenes actuales, etc. Escuchando al señor Ribas, parecía que la contracultura local empezó y acabó con la revista Ajoblanco; y nada mas lejos de la verdad, porque ni esta ni ninguna otra publicación tuvieron demasiada importancia. Si hubo una revolución cultural importante (y la hubo) se dio en el interior de las conciencias.

Al terminar la presentación me lamenté: ¿Para cuando la historia del “Rollo” que vivimos nosotros, aquel cuyo epicentro fueron las drogas y el proceso de transformación personal que detonaron y que nada tuvo que ver o muy poco con las batallitas antifranquistas (por otro lado muy respetables)?

“Tienes que escribir un texto para Ulises”, zanjó Xavi Vidal.

Acepté el reto, aunque no estoy seguro de salir airoso, de exponer algunos recuerdos personales, esperando que los profesionales de la historia se encaren, de una vez por todas, con el impacto que tuvo en nuestro país una de las revoluciones mas importantes del siglo XX (¿llegará este día?).

En primer lugar hay que decir, en descargo de Pepe Ribas, que su libro no pretende hablar del “Rollo” sino de Ajoblanco. De acuerdo. También es justo reconocer que es honesto y respetuoso con los personajes que retrata. Y que además, y no es poco, no aburre al lector a pesar de sus casi 600 páginas.

Simplemente apuntamos que todos los proyectos que ven la luz sobre la recuperación de aquellos años o no hablan de drogas o lo hacen de forma muy parcial. Y la historia es otra, las drogas, nos guste o no, tuvieron un papel central en aquella movida. Fueron el catalizador del despertar de muchas conciencias en una generación, pionera de la psicodelia, donde miles de jóvenes anónimos creábamos una nueva cultura cada día.

Porque, esencialmente, la contracultura fue un proyecto de transformación personal y no social. Las batallas no se libraron en el ruedo político, sino en el interior de cada individuo. Y por tanto, solo se puede hablar de fracaso o éxito en el marco de la vida de cada uno.

Lo que si ha fracasado es el mayo del 68, el marxismo leninismo, el trotskismo, el maoísmo e incluso el anarquismo histórico, aunque la esencia del anarquismo, a mi modo de ver, difícilmente dejara de estar vigente. Como no han dejado de estar vigentes en miles de años, las esencias del mensaje evangélico, del Pirkei Abot, del Bhagavad-Gītā, de los sutras budistas o del Tao Te King.

Otro tópico común al tratar aquellos años es mantener que los jóvenes de los 70 éramos “enrollados” y los de ahora apáticos y volcados a un consumismo voraz. Ni lo uno, ni lo otro.

Al parecer quienes mantienen esta postura no debieron hacer el servicio militar; donde uno, al encontrarse ante un segmento bastante representativo de la España real, podía hacerse una idea del porcentaje de freaks de su generación. Por otro lado los jóvenes actuales seguidores de la onda psicodélica pueden contarse a miles, basta darse una vuelta por el Boom Festival de Portugal para comprobarlo.

Si nos atenemos a términos estadísticos, éramos una minoría entonces y lo seguimos siendo ahora.

Mi toma de contacto con el “Rollo” fue, como solía suceder casi siempre, a través de un amigo, concretamente de Oriol Perucho, el fundador del mítico grupo de free jazz Los Perucho’s.

Oriol había sido mi mejor amigo en el colegio entre los 10 y los 12 años, cuando él cambio de escuela y le perdí de vista. Un día me lo encontré por la calle, teníamos los dos 17 años. Llevaba, lo recordaré siempre, varios LP’s bajo el brazo; me dijo que tocaba en un grupo muy especial, se le veía entusiasmado con lo que hacía. Reanudamos nuestra amistad como si nunca la hubiéramos dejado. Al cabo de pocos días me presentó a sus amigos. No tenían nada que ver con los típicos pijos que poblaban mi barrio, San Gervasio, ni con los politiqueros y aspirantes a intelectual con los que me trataba en el instituto. Eran sonrientes, apacibles y parecían encantados en hacer nuevos amigos. Aquella gente me sedujo y me fascinó desde el primer momento, fue como si toda mi vida les hubiese estado esperando.

En poco tiempo conocí un montón de gente nueva. Una gran secta se escondía tras la faz gris de la Barcelona franquista, los iniciados se reconocían entre si, siempre dispuestos a acoger un nuevo adepto, electrificados por una corriente de optimismo contagioso, como dijo alguien “sus caritas eran sus pasaportes”. Los de “fuera”, no se enteraban de nada, sólo veían a unos mocosos con pelo largo y un poco estrafalarios; pobres ignorantes. Así estaban las cosas en la Barcelona de 1971, neófitos e iniciados.

Estoy hablando obviamente de gente muy joven, es decir de adolescentes. No de aquellos que se apuntaron al hippismo en los últimos años de universidad, ni de intelectuales y artistas, ni de la beautiful hippy de la calle Génova (ver nota al pie). Sino de freaks anónimos, los que nunca saldrán a la luz de la historia pero que la protagonizaron.

Todo adolescente se siente desorientado y busca su lugar en el mundo, pero algunos nos sentíamos mas desplazados que otros, mas incómodos con el medio social y familiar en el que nos había tocado vivir. Muchos de estos adolescentes nos reafirmamos y desarrollamos nuestra personalidad adoptando ideas y actitudes que rompían drásticamente con el mundo heredado por nuestras familias.

Entre estos adolescentes inadaptados y automarginados tenía su cantera el “Rollo”. Porque a mi modo de ver, por lo menos esta es mi experiencia personal, existía en muchos casos un perfil previo. Uno ya estaba marginado antes de unirse a la corriente de los marginados, sobre todo entre sus miembros más conspicuos. Por esto mi entrada en el “Rollo”, más que un encuentro, fue un reencuentro; como si por fin me reuniese con los míos, los raros, los freaks. Cientos de patitos feos nos reincorporábamos al fin a nuestra tribu natural: los cisnes. Aquello era un club de corazones solitarios, como muy bien vieron los Beatles, con un disco en cuya portada podemos ver una colección de “personajes” de la historia, heterodoxos y variopintos.

Esto, ni mas ni menos, era esencialmente el “Rollo”: una colección de “personajes” heterodoxos y variopintos con el denominador común de una inadaptación galopante. Disidentes psíquicos. Por eso no conocíamos gente nueva sino que la reconocíamos: por su ropa, su pose, sus palabras, pero sobre todo por sus caras, por sus miradas.

Durante toda mi adolescencia me sentí ajeno a mi medio social, mi barrio, mi escuela, mi familia, etc. El día que descubrí que los Reyes Magos no existían y que los niños mayores no creen en cuentos, me resigné tristemente a seguir el camino que había de llevarme a la vida adulta, una vida sin magia. Con el único consuelo de que un día sería mayor y podría abandonar la escuela, esta institución penal para hacernos olvidar la infancia.

Mi encontronazo con los alucinógenos me proporcionó la llave para penetrar de nuevo en el mundo de la infancia, del oriente mítico de los Reyes Magos, donde todos los cuentos son posibles y reales. Porque lo maravilloso y lo numinoso existen en la medida en que creamos en ello.

Supongo que algunos llamaran a esto regresión a la infancia. Pueden llamarle como quieran. El que lo ha vivido sabe de qué hablo. Como dijo alguien, en la infancia vivimos y luego sobrevivimos, y nosotros queríamos vivir a todo pulmón, como viven los niños; dejándonos maravillar por las pequeñas cosas, las cosas verdaderamente importantes. Cuando un niño ve un perro tira de la manga de su padre alucinado: “¡Un guau, un guau!”. El padre embrutecido por la rutina no ve lo extraordinario que es un perro, lo extraordinario que es el mundo que le rodea. Con la lección que enseñan los alucinógenos, no se cae en las trampas de la rutina y uno puede volver a ver el mundo con ojos de niño: maravillado.

Mis padres no entendían nada, a menudo me preguntaban: antes al menos andabas metido en política ¿pero ahora qué haces? Un día mi padre me llamo aparte y me preguntó: “¿Qué piensas hacer en la vida?”. Yo, con una sonrisa de oreja a oreja, le conteste “investigar la vida”. Al pobre hombre casi le da un infarto, el abismo generacional era insalvable. Murió sin saber en lo que andaba metido su hijo, quizás ahora, solo ahora, podría habérselo explicado, pero ya es demasiado tarde.

Para muchos de nosotros el “Rollo” fue un camino de iniciación, de autoconocimiento, de formación y aceptación de la propia identidad. Un viaje al corazón de las tinieblas, al descubrimiento de nosotros mismos. La búsqueda de una voz propia, porque no había ningún patrón a seguir sino el de la propia singularidad y esto es liberador. Y el detonante, el cabo de este hilo de Ariadna del que cada cual tenía que tirar hasta encontrar su esencia, fueron sin duda ninguna, las drogas psicodélicas: el hachís y sobre todo la LSD, pues aquello que ha sido troquelado durante sus efectos, jamás nos abandona y forma, para siempre, parte de nuestra conciencia.

Sobre la liberadora base de que todo estaba por hacer, de que nada estaba escrito y todo era posible, nos convertimos en los dueños y señores de nuestro auto diseño.

Ninguna historia seria sobre la contracultura puede soslayar esta verdad incuestionable, a riesgo de ser una falsa historia.
Alrededor de este presupuesto básico, la ingestión de drogas psicodélicas, se estructuró un nuevo rito mistérico, un nuevo sistema de valores. En definitiva un mundo nuevo, que no era el mundo utópico por el que luchaban lícitamente los revolucionarios políticos y que nos esperaba en un futuro incierto, sino un mundo que ya estaba aquí, en el interior de cada uno de nosotros.
El viaje exterior es finito, quizás no lo será cuando el hombre colonice las galaxias, pero el viaje interior es infinito. Adentro, más adentro, hasta encontrar en mí todas las cosas.

Quisimos el paraíso en la tierra y lo queríamos ya. Y lo tuvimos. Y lo tenemos aún, cuando somos capaces de vivir en el momento sin tiempo. Claro que para subir al cielo, debimos bajar como hiciera Dante, primero al infierno. E infiernos hubo muchos y variados, este fue el precio que tuvimos que pagar, y vaya si lo pagamos, algunos con la vida, otros con la desesperación o con la marginación más absoluta. Que cada uno haga su propio balance y vea si valió la pena. Mi saldo es positivo y volvería a vivirlo, pese a todos los malos rollos.

Quien no quiera polvo, que no vaya a la era.

Martí Sans

(Nota al pie) Edificio de apartamentos emblemático de la progresía contracultural barcelonesa, donde vivían arquitectos, artistas e intelectuales, así como los fundadores de la mítica sala Zeleste.

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11 COMENTARIS

  1. A veces todavía me pregunto si no existe algun tipo de conciencia colectiva
    o lugar común dónde se conectan las personas para dar y tomar experiencias más allá de la geografía y el tiempo.

    A Martí Sans como casi siempre le sobra la razón, el cosmos puede parecer enorme, pero el interior humano es infinito.

    Así lo cantaba Rubén Blades: “Si naciste para martillo, del cielo te caerán los clavos”

  2. En mi caso las drogas también fueron la puerta para eso llamado la contracultura. El Rollo mas tarde, pués venía de Madri, y la palabreja me sonaba a tebeos; que en realidad fué mi puerta pues leía star sin haber tomado nada mas que cubatas. Y allí veía que mis idolos (Lou Reed, Bowie, etc) se ponían de todo. Y busqué. No me ofrecieron, no.
    Como dice Martisans, efectivamente, lo veía todo por primera vez. Y empecé a pintar por no estar diciendo. “mira aquella chimenea que chula… Pero creo que lo que más me atraia del tema era que estuviera prohibido; Así entraba en la clandestinidad de lleno. Corría peligro y estaba al margen de la ley. Era un proscrito com Guillermo Brown pero de verdad. Ya no era un juego. Efectivamente, nos reconocíamos. No sin cierta complacencia y soberbia. Nosotros veíamos el mundo de una manera que los “pringaos” no. Y acabé en la jeringuilla, que era lo “Mas”. Tampoco me arrepiento de mi temporada en el infierno. Pero sí de la soberbia. con humildad le hubiera “visto las orejas al lobo”. ahora sé que se puede llegar a esos estados por otros caminos, sin ingerir sustancias, a base de ayuno, meditación, apertura mental, ejercicio, etc… Que es mas trabajoso; Así que sigo usando el metodo “fast-food”. sin culpabilidad y sin orgullo…

  3. No puc passar per alt aquesta frase que llegeixo: “Lo que si ha fracasado es el Mayo del 68, el marchismo leninismo, el trotskismo…” En primer lloc, perquè no es pot situar en el mateix ordre de coses la revolta dels estudiants a París i les velles ideologies polítiques. En segon lloc, perquè em sembla que no es pot simplificar així el fracàs o la caducitat de les ideologies. Segurament, no hagués existit mai el rotllo si no haguessin existit abans ideologies comunitaristes. En tercer lloc, perquè, posats a buscar la paternitat del rotllo, cal recordar allò d’aixecar l’asfalt que a sota hi ha platges. ¿No era, precisament, una invitació a explorar i a desvetllar les potencialitats ocultes humanes i col·lectives que també estava en l’esperit de la contracultura? La joventut del món i les idees estaven sens dubte connectades.

    Aquí durant la dictadura, el rotllo contracultural i la militància política d’esquerra convivien sense masses problemes, però a partir dels primers 70, les postures es van radicalitzar. D’una banda es van situar els que encarnaven els valors fonamentals de la societat, l’administració racional, el procés de modernitat tècnica i economicista, en definitiva els hereus de la revolució científica del segle XIX. De l’altra banda, el rotllo sorgia de la consciència de crisi i l’esgotament que produïa l’anterior model. Contra el racionalitzador i deshumanitzador sistema tecnocràtic, el rotllo proposava redescobrir la comunitat primigènia, retornar a la terra, realitzar la comunió a traves de l’experiència amb l’LSD.
    Es veritat, com explica Martí Sans, que el rotllo va convertir-se en un moviment de comportament sectari. Aviat es va veure que si la transformació del món no era possible a traves de la militància cultural activa, el millor que podíem fer era resistir en un espai propi, automarginar-nos i retirar-nos del combat social. El que havia nascut amb vocació de ser una revolució des de les persones, pacífica, una cultura alternativa es va convertir en una subcultura introversionista. Ser, sentir-se formar part del rotllo, va significar retirar-se del món, renunciar a la vida còmoda i iniciar una aventura personal, sentir-se part d’un grup diferenciat, canviar el nom propi per una alies i convertir-se, per la resta dels alienats consumistes en freaks. I tot això ho fèiem sense pensar-ho ni raonar-ho massa, simplement des del coneixement intuït que era la única cosa que calia fer.

    Vist des de la perspectiva que ens dona el temps, podem veure com els tecnòcrates s’han afanyat a reconduir-nos a un món dominat pel rendiment econòmic com a únic valor. Però, també és veritat que aquell rotllo que prometia ser una casa comuna, un espai de satisfacció de necessitats de fraternitat, d’amor i autorealització proposant una espiritualitat harmonitzadora del cos i la ment, no va saber ni assegurar la subsistència dels seus propis membres. Per mantenir-se en el rotllo i seguir el viatge introspectiu ja no calia LSD sinó cavall en quantitats. Que ha quedat de tot allò? La ecologia va ser integrada ràpidament al paquet de la política, el feminisme domesticat, els neorrurals van repoblar algun poble, els primers okupes s’afanyaven en aconseguir un espai propi, el supermercat de les religions, els gurus de la Nova Era van obrir més i més botigues. Les presons plenes, els trànsfugues a les oficines, els cementiris d’arreu plens de gent enrotllada. Potser ara diguem que era una idea condemnada al fracàs abans de començar. Potser ens vam enamorar de l’últim moviment romàntic, però mentre va durar vam ser una comunitat contra tot i tots. D’acord, que cada un faci el propi balanç, però més que recuperar la galeria mediàtica de les banalitats de la contracultura caldria identificar quines propostes de la contracultura són avui reivindicables.

  4. Exactamente no se que quieres decir Kanti. Yo si quiero decirte que cualquier movimiento social, político, cultural o de lo que sea está destinado desde el mismo momento de su génesis a la aniquilación. Ningún movimiento sobrevive como tal, siempre es fagotizado por el poder. Para mí lo único es el trabajo personal, el ser pulcro con uno mismo. Estoy de acuerdo con Martí en que si de algo sirvió el rollo fue para adentrarnos en nuestro propio laberinto, muchos se perdieron alcanzando una muerte temprana. Los que quedamos, sólo podemos seguir ahondando en nuestros respectivos laberintos, tal vez comunicar nuestras vivencias, experiencias y reflexiones, sirva de algo; como mínimo de catarsis personal y a lo mejor compartida.

  5. Intentaré resumir les principals idees del que deia ahir, però et demano que tornis a llegir el que vaig escriure i siguis més concreta.
    Aquestes eren les principals idees:
    Primer, el rotllo va tenir molts pares
    Segon, Martí Sans dona massa importància a l’LSD. Per mi va ser important només perquè l’experiència va fructificar en el substrat social adequat que el va adoptar com a substància coloqueta pròpia.
    Tercer. Ara fa 50 anys de la publicació de l’ On the Road de Jack Kerouac. Aviat veurem pel·lícules, documentals i llibres sobre la Beat Generation, la contracultura, etc.
    És veritat el que diu Martí Sans sobre el programa de TV del Colom, jo també el vaig veure. I amb “Los 70 a destajo” del Pepe Ribas jo seria bastant més crític que el Martí. Vivim a la inòpia.
    Però, aquesta moda revival només s’entén per que molts dels que abans estaven al rotllo ara tenen el poder polític o econòmic suficient per parlar-ne i saben que hi ha un mercat potencial que ho demana. Des del meu punt de vista, tot això no és més que un espectacle banal. M’interessa molt més que, entre tots, siguem capaços de veure quins valors han perdurat.
    Penso que a més del treball personal, la pulcritud que dius i la humilitat que deia el Fellini, hem de ser capaços de crear la xarxa de relacions interpersonal. Això, en l’època del rotllo no va funcionar mai perquè el moviment es basava en l’individualisme més extrem.
    I amb això de: “Ningun movimiento sobrevive como tal” no sé que vols dir. Evident que tot canvia, que els valors es perden pel camí i que el poder corromp, però mira l’exemple de l’església catòlica, porta dos mil anys donant pel sac, primer estava a la oposició, després al poder, i encara segueixen. Capacitat d’adaptació a l’esperit dels nous temps?

  6. La contracultura, els hippies, etc. son paraules que ens arriben d’altres latituds, que evidentment congreguen amb el rotllo de Barcelona, del que ens parla Martí. “El Rollo”, que mol bé descriu, segurament sigui el mot més representatiu, encara que ha estat absorbit per la gent de còmic, poder per la publicació del “rollo enmascarado”, però bé, d’altra banda tots aquests també eren del rollo. En aquells moments tot era un rollo i era la paraula habitual para definir moltes coses, per exemple, eh! vigila que aquest tio no es del rollo, quin rollo de pel.lícula, el rollo dels pares, el rollo que s’està tirant, etc. etc.
    De fet penso que va ser una paraula que tota la trup va fer seva, molt poc o res utilitzada amb anterioritat i que la societat va fagocitar, com diu la Marta. Avui es pot considerar un mot de lo més habitual.
    Passant de la morfologia de la paraula “el rotllo” penso que va ser un moviment totalment àcrata i dic moviment, perquè es pot considerar com a tal, ja que hi va haver unes energies en comú que van generar una sinergia totalment nova…. ens identificàvem entre nosaltres, no pas amb el dentista, el policia o amb el forner de la cantonada, varem absorbir moltes tendències e ideologies de occident a orient, que ara no explicaré per no estendrem més del compte i que tothom pot conèixer i cadascú teníem les seves.
    Potser perquè veníem de una educació molt reprimida o potser teníem una necessitat, perquè érem uns curiosos, imaginatius, rebels, etc. qui ho sap?, el cert es que vam ser esponges de moltes corrents.
    Els porros i el encara més el LSD ens van obrir nous horitzons, ens varem endinsar en el fons de les mostres essències i en definitiva ens varem descobrir a nosaltres mateixes d’una manera diferent als nostres coetanis més propers. Algú es possible que tingues algun mal viatge, encara que no era el comú.
    Fins que va arribar el maleït caballito blanco, crec introduït mal intencionadament que va massacrar a molta, molta gent i per tant lapidar tota aquesta historia, de fet als poders els hi molestaven tots aquests raros que comenta Martí i que any rere any s’anaven incrementant en número, cada any més àcrates psicodèlics, quin perill!
    Els que ens vam poder lliurar de la crema, vam sobreviure cadascú a la seva manera, al camp, a les oficines, al mon de l’art …, com vam poder.
    La història pertany a qui l’escriu o qui la comunica i els historiadors oficials actuals em sembla que no estan per aquest tema.
    Potser per això, no per nostàlgia ni res semblant, sembla que torna a revifar i gent com en Martí i d’altres, expliquen, en aquest cas molt idòniament, la seva visió del “Rollo” o la catalan counter-culture.
    Perquè serà?

  7. Canti, no crec que el rotllo revifi per lo que acabo de llegir al teu comentari, parles de la moda revival, et refereixes al vestuari hippie que s’ha venut aquests últims anys?, tampoc penso que la gent del rotllo de la ens que parla Martí estigui situada en els poders polític-econòmics, on estan?, sincerament no els conec i es més, penso que no hi son i quin es aquest mercat potencial?, en tot cas si existeix, deu ser molt minoritari.
    Sí el rotllo revifa? o da los últimos coletazos, qui ho sap? crec que es per altres raons, no pas per aquestes.

  8. Me encanta leeros, todos tenemos parte de razón. Como decía Espriu:
    “La realitat es com un mirall trencat, tots tenim un bussi”.
    Ojala podamos seguir confrontando nuestras realidades.

    ¡¡¡ FELIZ 2008 !!!

  9. Per a molts el Rollo ha estat una actitud davant la vida, pero quin sentit pot tenir la paraula en si mateixa ?

    Aquí va la meva aportació sobre el significat de la paraula Rotllo (el Rollo)
    Considerant que ens movem a cop de imatges formades per arquetips (originals) i estereotips (repeticions i aplicacions dels originals) la seqüència lògica seria:

    ROTLLO = PEL•LÍCULA = HISTORIA

    Així que el rotllo es una historia, personal o impersonal basada en una experiència o absència d’aquesta (es que no tenen ni idea del rotllo…)

    La paraula esdevé un comodí que es fa servir per a tota mena de contexts i sovint en excés. Hi ha histories bones i dolentes, Quin bon rotllo ! Mal rotllo ! Quina historia !

    Cada persona o situació es una historia i es mou a base d’estereotips. Els pringats treballen… els del rotllo no. Cuidadin, aquest tio no es del rotllo. No en va aquest rotllo, pero aquell altre si…

    No hi ha cap referent a ni als USA ni a Europa respecte al terme Rollo, que literalment es traduiria com a REEL. Algú ha sentit l’expressió “What a bad reel”? o I like this reel !
    Es por afirmar doncs que es tracta d’una expressió local genuïna que probablement va néixer a Barcelona.

  10. Amb la moda revival feia referència a la tendència a recuperar la contracultura que descriu Martí Sans a l’article: “ …la historia marca la hora de recuperar la contracultura.” En un altre paràgraf diu: “…és más o menos atinada, honesta o está más o menos tergiversada dependiendo lógicamente de cada autor…”

    No pretenc revifar el rotllo. He dit que cal passar de banalitats i hauríem de ser capaços d’identificar els valors, ara diria els contavalors, que aportava el rotllo com a manifestació de la contracultura.

    Pel que fa a si la gent que un dia van ser del rotllo forma part actualment del poder polític econòmic entenc que ho posis en dubte. Jo penso que més enllà d’un nucli agrupat a l’entorn de les arts: música, poesia, titellaires… dels nous moviments religiosos: Hare Krishna, seguidors del guru Maharaji… i dels més radicalitzats, que es van refugiar a les barricades de la heroïna com a última taula de salvació, la resta de gent es va integrar en el món del treball, assumint la gran majoria, en aquest trànsit, les idees conservadores i renunciant al seu passat com a bretolades de joventut. Ara mateix una bona part de la gent que pretenia ser del rotllo està situada en llocs importants del món de la cultura.

    Estic plenament d’acord amb el Martí Sans quan diu que: “…a Cataluña, la historia local sobre el movimiento hippy brilla por su ausencia; nos encontramos en un páramo cultural, un desierto inhóspito de desmemoria.” Penso que hi ha una resistència, tan en la política, com a les universitats i al món més general de la cultura a plantejar aquesta part de la història en profunditat. Potser perquè molts historiadors fan servir com a únic enfocament d’anàlisi el materialisme científic. Però això no ens hauria d’estranyar ni a nosaltres ni al Martí, si tenim en compta que tot un clàssic com Hobsbawm, a la Historia del Siglo XX, omet qualsevol referència a l’anarquisme tan com a ideologia com a pràctica transformadora de la societat europea. La mateixa història acadèmica es transforma en una arma de poder. Però la cosa és encara més greu, perquè, com explica Gerard Horta, s’ha omès sistemàticament qualsevol referència a la importància de la relació entre espiritisme i anarquisme, a la Catalunya dels segles xix i xx. ¿Perquè ens hauria de sorprendre, ara, la desmemoria del rotllo i la seva relació amb les religions a la carta?
    Bon any 2008 a tots i cuideu-vos molt

  11. Benvolguts lawebsensenòmens,
    Primer, desitjar-vos un bon any a tots i agrair-vos els vostres comentaris.
    Veig que el meu text ha suscitat polèmica, costum aquesta, sempre enriquidora i higiènica.
    Luis Fellini, just et vaig re-conèixer un dia abans de que pengessis el teu comentari, i ja sento que som germans de cel i d’infern. No puc estar més d’acord amb tot el que dius. I tant que tira la mitologia del fora de la llei, ja ho va dir el mestre William Burroughs, el contacte enganxa més que la droga.
    En quant a la supèrbia, també coincidim, però no és perdonable una certa revenja dels Patitos feos?
    He d’aclarir dos dels retrets que em fa el Canti. En primer lloc diu que poso en un mateix pla el maig del 68 i les velles ideologies i això no és exacte.
    Està clar que, per a mi, el marxisme leninisme va fracassar quan els bolxevics van imposar la seva dictadura de partit únic, segrestant la revolució russa i aniquilant la resta de forces democràtiques que hi van participar. Però jo no em refereixo a èpoques tan remotes, sinó a les ideologies que professaven alguns dels meus coetanis, i el marxisme leninisme n’era una d’elles, axí com les seves seqüeles, el trotskisme i el maoisme. Coetanis que, per cert, a mi em miraven despectivament per ser un drogoaddicte alienat i contrarevolucionari. Creu-me, sé el que em dic, jo vaig ser company de viatge de molts d’ells a la quarta galeria de la presó model. És veritat que alguns dels nens de casa bona del maig francès, com aquí els de la gauche divin, jugaven a ser marxistes revolucionaris i contraculturals alhora. També és veritat que a molts d’ells, els trobem avui apoltronats al poder polític, cultural i econòmic demostrant lo “revolucionaris” que són.
    En segon lloc he de matisar la següent afirmació: “Segurament, no hagués existit mai el rotllo si no haguessin existit abans ideologies comunitaristes. En tercer lloc, perquè, posats a buscar la paternitat del rotllo, cal recordar allò d’aixecar l’asfalt que a sota hi ha platges”
    Potser tu i jo, Canti, no parlem del mateix “Rollo”. Del que jo parlo, i crec que ho he deixat ben clar en els dos articles penjats a lwsn, es d’ingestió sacramental de drogues psicodèliques o del coneixement, principalment de haixix i LSD, i aquest “Rollo”, si té uns antecedents, no són precisament els de les ideologies del proletariat industrial, sinó mes aviat els de les idees mil•lenàries d’allò que Aldous Huxley anomenava “Filosofia perenne”, és a dir, les filosofies orientals i les corrents hermètiques d’occident.
    En quant a buscar la paternitat del “Rollo” en el Maig del 68 es simplement un error històric, doncs l’esclat de les idees hippies és abans que el 68 francès. Si hi ha influències són de la Contracultura sobre els estudiants francesos i no a la inversa.
    Fets aquests dos aclariments, he de dir que la resta de coses que dius són opinables i és lògic i fins i tot desitjable que no cioncidim en algunes coses. Tot i que crec que és més el que ens apropa que el que ens separa.

    Gràcies de nou i bon any i millor rollo a tots.
    Martí

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