7 comentaris

1. maria

   15 de gener 2008, 08:16 AM

   1

   El crit és platejat perquè ell, el Pope, és l’home que va venir de la lluna baixant pel seu raig platejat fins a nosaltres. I va quedar tot ell impregnat d’aquest raig i així, també, tota la seva poesia.

2. ffanes

   15 de gener 2008, 08:20 AM

   2

   Al Jordi Pope del carrer Valldonzella.

   El puny de les paraules desvetlla el port
   i raja pa sucre i vi.
   N’hi ha un esmolant el glavi, estés entre estels .
   Cua de seda fina deixa anar fil sense límit.

   Caparrons nodrits amb carn que es ven a prop de casa – Vols pujar, macu. tinc les parets enramades amb els colors del viatge.

   Peró sempre a l’alba es conjuren els vents
   en qualsevol cantonada marcada de tafurs
   que determinen, sense preguntes,
   quan encara el somni es buit, quan encara
   la ratlla de l’horitzó no ha parlat
   del contracte final i els traus de la cara
   reclamen partícules tendres que trobin
   racons impossibles dels daus. Els vents determinen, sense preguntes. Tu…seràs poeta.

   Paco Fanés

3. NO SE

   17 de gener 2008, 06:12 PM

   3

   ràbia!!
   amor!!
   crit!!
   ràbia!!
   ràbia!!
   amor…. descansa. Ja!!
   Com deia en Casasses: “Totes. Totes les seves mullers l’estimen i entre elles no hi ha renyines definitives”
   Algú de nosaltres pot afirmar una cosa així?

4. Mon Pons

   18 de gener 2008, 07:32 AM

   4

   Entre rialles i papers

   vam prendre un te a Venus. Tenies versos als ulls,

   i escrits en solfa. I encara et veig caminant pel carrer

   Llibertat, com ocell gegantí en el desert…

   Avui tinc els dits com espines

   entrelligant paraules al vent

   i els rajos de llum s’esquitllen

   darrera el finestral.

5. merce serret

   31 de gener 2008, 12:33 PM

   5

   mamaaaaaaaaaaaaaa
   que no nos coja el muermoooooooooo

6. almen

   18 de febrer 2008, 04:36 AM

   6

   Pope en La Luna

   Fue muy al principios de los setenta cuando ví por primera vez a Jordi Pope, era un cuerpo inquieto que siempre estaba de pasada, una ráfaga de viento que apenas dejaba una mirada, tal vez por timidez o algún rollo que desconocía. Entablamos conversación aún cuando me daba cierto corte usar su nombre. Paso tiempo hasta que cogimos confianza. Para mí fue clave la casa de la calle de la Luna ya que me resultaba familiar, puerta de madera de pueblo con tranca incluida, en medio de una gran ciudad, toda una rareza que me recordaba cálidamente a mi infancia. Nada más entrar el recibidor estaba lleno de trastos, ruedas de motocicletas, herramientas … y de vez en cuando el Pica, el amo de la casa, que a igual que Pope era un figura escurridiza sobre todo cuando ambos se encontraban. Buena gente.

   En poco tiempo nos hicimos amigos, creo era uno que de los pocos que por entonces Pope frecuentaba. También creo que él se sentía un poco de pueblo, y no sé porqué me daba la impresión de que era como un niño abandonado, nunca hablaba de su familia ni de sus orígenes aunque pienso que esta ley era compartida por la basca, gente que necesitábamos esa falta de cuerdas para sentir el viento.

   No sé si os contó una de los sucesos que le tenía más tocado. Por entonces con su voz pastosa y sonrisa pícara cuando no condescendiente con manga corta hasta en invierno Pope leía alguna de sus poesías o me las dejaba leer. las recuerdo porque de vez en cuando se me cuela en la mente aquel verso del monyo del braç, la poesía en que besaba las zonas repelentes de la mujer deforme. Pope se me puso serio. ¿Sabes que me pasó una noche? Y se avino a contarme lo siguiente. Eran más de las tres de la mañana de un día entre semana –esa hora bruja de calles desiertas- esa hora de nadie, la de los gatos pardos bajo los coches, se ha cerrado el último bar, los últimos trasnochadores se han ido a dormir y aún no están los que van al trabajo. Pope salió de la casa de la Luna –pleno barrio de Graçia- a dar una vuelta puesto que no podía dormir. Al girar en una calle se le apareció una mujer muy pequeña, parecía una niña. Sin decirle nada cogió a Pope de la mano y no intercambiaron palabra. Caminó unas calles y de repente la mujer desapareció sin dejar rastro. Pope se quedó trastocado, suceso al que le daba vueltas y vueltas sin encontrarle una explicación. Quede así la cosa para ratificar este mundo tan extraño.

   Nos seguimos viendo, comentando cosas y hasta me dejó guardar en su casa algunos cachivaches del grupo de música. Después se quedó con la organización de L´artesà, un grupo de músicos, poetas que dábamos recitales básicamente por el barrio de Graçia, organización desorganizada que previamente había sido llevado por otros como Xavi Cot etc.

   Y fue en estos últimos momentos cuando un día lo ví mas desencajado. Una noche después de una pequeña actuación en el Casal de Graçia me llamó porque tenía algo que decirme. Así que gesticulando popeyemente le habían comunicado que algunos ya no podíamos actuar, creo que Victor, un escritor de prosa sugerente, también estaba en ese momento. Bueno pues la cosa era –ya que le sonsaqué qué demonios pasaba- que ya todo tenía que ser en catalán. Cosas de la “normalització” –curiosa palabra- y según me comentó tiempo después un amigo diputado del PSUC, cosas de las “subvenciones”. Su enfado le honra, Pope no era ningún oportunista al uso.

   Entonando la palabra ausgan de Goytisolo hoy por el ventanal de un humilde pueblo de Castilla La Mancha aparece la silueta de Pope, lejos de la terra pero dentro del mundo.

   Un pueblo en el que por un lado bifurca la carretera para Barnna y por el otro lado Madrid. No hay más libertad que el viento.

   Almen

7. el RUS

   21 de març 2013, 08:45 AM

   7

   Hostia ja, el Popeye també?

   l’ultim cop el vaig vaue a Arenys, a un bar amb el Samón S.
   el Pepeye curraba allá, va ser increïble, jo ha no era a Barcelona…
   Ens veurem bro… entre el cévol i la matinada…

   Beautiful wrangler of midnight crops,
   Porch phantom, thunder cleric, woodlot doll,
   Come needling the gingered grain of this room where
   New hinterlands spring between the covers,
   Bushes shaking with crayons and trances of shops;
   Stir waves of ink through your stormy grove rife with bitters,
   Lapping tea and tonic to old-fashioned vats secretly feeding
   One marshy canal whose tide is mine,
   Pumping the wellspring of my shiprock fancy;
   Come swooning to a needlework of velvetine noises
   Prancing my bookends, stovepipes, my cartographic showers,
   To discover your green-eyed diagram
   The loving transposition
   Of your life.

   per a tu bro !!